Safety on the road starts at home.

Y empieza por mantener limpia tu bicicleta. Sentirás la importancia de mantener limpia tu bicicleta cuando sientas que funciona bien.

Limpiar las partes mecánicas de tu bicicleta, revisar su cuadro, frenos y cambio es fundamental para mantener su máximo rendimiento.

Además de mantener limpia tu bicicleta, también es fundamental que sepas reparar o cambiar el cable de freno y el cambio, ajustar los engranajes, cambiar la cadena, los neumáticos y reemplazar cualquier pieza móvil que no esté funcionando como corresponde. Si permites que alguna pieza dañada en tu bicicleta, te distraerás y no podrás disfrutar de tu fin de semana con ella.

Por lo tanto, no solo es importante contar con un equipo completo y accesorios. También es fundamental que adquieras habilidades para solucionar problemas típicos de los ciclistas y que comprendas el mantenimiento preventivo o que sepas cuándo es el momento adecuado para llevar tu bicicleta al mecánico.

Una excelente forma de practicar el mantenimiento preventivo es manteniendo la limpieza de tu bicicleta, ya que mantenerla limpia asegura la eficiencia en las rotaciones del pedal y del desviador en particular.

Cómo limpiar tu bicicleta

Puedes comenzar quitando el polvo y la suciedad de las ruedas, pedales, engranajes, cadenas y otras partes mecánicas de tu bicicleta.

Comience por pasar un cepillo empapado en nafta por la cadena para eliminar la suciedad y el lodo. Una forma sencilla de hacerlo es girando los pedales. De esta forma, la nafta puede pasar por el interior de los eslabones y por la cadena. Esta acción ayudará a eliminar la suciedad y la grasa de las cadenas.

Luego de usar nafta, use inmediatamente una esponja y jabón. Una manguera de jardín le ayudará a lavar su bicicleta rápidamente. Solo asegúrese de que no queden restos de jabón y de que su bicicleta esté bien enjuagada.

Después, deja que tu bicicleta se seque. Haz una inspección minuciosa para comprobar que no haya ninguna pieza suelta. También debes lubricar tu bicicleta. Lubricar tu bicicleta ayuda a garantizar que esté en perfectas condiciones de funcionamiento.

Cómo realizar el mantenimiento preventivo de tu bicicleta.

Manillar:

Comprueba que el manillar esté simétrico con el cuadro y la rueda. También debes asegurarte de que no haya movimiento a su alrededor. Si notas un ligero movimiento, debes apretar los tornillos que unen el manillar al cuadro.

Frenos:

Un freno funcional ayuda a garantizar la seguridad en la carretera. Empuja la bicicleta y presiona las palancas de los frenos: debería detenerse de inmediato. Comprueba que las demás piezas estén bien engrasadas y asegúrate de que no haya torceduras.

Llantas:

Revisa la rueda delantera y trasera y comprueba que no tengan abolladuras, arañazos ni cortes. Lo más importante es que lleves siempre contigo una cámara de repuesto, desmontables y una bomba de bicicleta portátil a dondequiera que vayas.